El cuidado bucal es
un hábito que debería realizarse diaria y periódicamente durante todas las
etapas de la vida para prevenir futuros problemas dentales.
La infancia
La higiene bucal puede y debe llevarse a cabo incluso antes de que salga el
primer diente de leche. En bebés, es recomendable limpiar las encías con una
gasa limpia y húmeda antes de que aparezcan los primeros dientes. Una vez
empiezan a salir los primeros dientes de leche, los padres deberán cepillarlos
un mínimo de dos veces al día, especialmente después de cada comida. Es
importante tener en cuenta que la pasta dental se suele utilizar a partir de
los tres años, cuando el niño está preparado para escupir el dentífrico que
sobra. La higiene bucal en la infancia también es importante ya que, pese a que
estas piezas son temporales, una deficiencia en su ciudado puede provocar que
los dientes fijos salgan torcidos o en lugares que no corresponde. Además, es
necesario que los padres lleven a sus hijos al odontopediatra lo antes posible
para poder acostumbrarlos a sus observaciones y para que se familiaricen con la
clínica dental como lo harían con las revisiones médicas generales.
La adolescencia
Los diferentes cambios hormonales que se experimentan en la pubertad pueden
desencadenar problemas priodontales que causan la inflamación en las encías
irritándolas. Por este motivo, el adolescente deberá cepillarse tres veces al
día, y será importante empezar a utilizar colutorios que complementen su
cepillado y prevengan enfermedades bacterianas e inflamación de las encías.
El adulto
Con el transcurso de los años una persona es más propensa a experimentar algún
tipo de problema en la salud bucal. Es importante que la limpieza no se limite
al simple cepillado de los dientes y ocasionales gárgaras de colutorio. El
cepillado deberá complementarse con el uso de la seda dental, al menos una vez
al día, para llegar a esas zonas que el cepillo de dientes no llega. La
regularidad de la limpieza (mañana, mediodía y noche) y tener la técnica
adecuada nos ayudará a evitar enfermedades como caries y periodontitis y, a
largo plazo, la posible caída de los dientes. Las visitas al dentista no solo
servirán para realizar una limpieza y una revisión; es interesante preguntar al
experto en nuestra boca cuál es el cuidado que más nos interesa y cómo
deberemos llevarlo a cabo.
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