Bruxismo, la descarga de tensión que daña nuestros dientes
Se conoce como
bruxismo el desgaste excesivo y prematuro en los pacientes que habitualmente
aprietan y chirrían los dientes. El bruxismo es un hábito que puede afectar a
un sector de la población muy amplio, que va desde los niños a los ancianos,
tanto mujeres como hombres.
El patrón de desgaste varía en los pacientes según los contactos dentarios
entre los dientes del maxilar superior e inferior. En pacientes con relación
oclusal clase II (perfil de pajarito) el desgaste excesivo tiende a afectar a
las molares. Si la relación es de clase III (prognato) el desgaste afectará
sobre todo a los bordes incisivos de los dientes anteriores.
En situaciones de tensión emocional, apretar los dientes resulta nocivo para
las estructuras musculares masticatorias y dentarias (sensibilidad dental,
aparición de flemones, movilidades y fracturas) y a nivel extraoral (dolor de
cabeza, pérdida de la estética facial, contractura muscular, alteraciones de
sueño).
Los pacientes que padezcan bruxismo podrían controlar este movimiento e
intentar modificarlo por otro que no sea nocivo, como por ejemplo posicionar la
punta de la lengua en el paladar, relajando así la musculatura de la cavidad
bucal. Durante la noche es más difícil controlar este hábito parafuncional, por
eso se recomienda el uso de una placa de descarga o placa mió relajante para
evitar el desgaste de los dientes durante el chirrido nocturno.
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