jueves, 5 de julio de 2012

AFTAS


Aftas, las úlceras bucales
Un afta es una pequeña úlcera que aparece en la boca de forma inesperada, muy dolorosa, de color blanco o amarillo, y rodeada por un halo rojo y brillante. A diferencia de lo que pueda parecer a simple vista, las aftas no son lo mismo que los herpes labiales.

Normalmente, las aftas se localizan en la lengua, el paladar, las encías, los labios y las mejillas. Generalmente, suelen curarse por sí solas en una semana, pero durante ese tiempo pueden llegar a ser muy dolorosas e interferir en la alimentación y el habla.
Las aftas se pueden llegar a presentar hasta en el 50% de la población general. Además, junto con las caries, se consideran la alteración bucal más frecuente. 

Clasificación
Según los términos médicos, se establecen tres tipos de aftas, dependiendo de su forma, tamaño y gravedad:
-Las aftas menores representan el 80% de los casos. Este tipo de úlceras bucales suele aparecer entre los 10 y los 19 años, y duran alrededor de 7 o 10 días. Se localizan en la región bucal anterior, incluida la lengua, y su tamaño es menor a 10 mm. 
-Las aftas mayores se dan entre un 10% y un 12% de los casos, y también entre los 10 y 19 años, como el tipo anterior. Su tamaño es mayor a 10 mm, son más profundas y dolorosas. La duración de estas aftas es de alrededor de unos 20 días y suelen reaparecer cada mes o cada dos meses. Se localizan en la región bucal anterior, en la faringe y en el paladar.
-Las aftas herpetiformes suponen alrededor del 10% de los casos. Las edades en las que se dan con más frecuencia se sitúan entre los 20 y los 29 años, dándose en su mayoría entre los hombres. Aparecen en cualquier parte de la boca y solo el 30% de los casos se curan sin dejar cicatriz, tras los 7 o 10 días de duración. 

Causas y sintomatología
A pesar de que, en algunos casos, no se puede llegar a determinar la causa de la aparición de un afta, las causas más comunes son: el estrés emocional, la falta de ciertas vitaminas y minerales a causa de una mala alimentación, la menstruación, cambios hormonales y alergias a determinados alimentos, o su aparición por causas hereditarias. Aunque cualquier persona puede desarrollar aftas, las mujeres son más propensas a contraerlas que los hombres. Pero cuando ellos las padecen, su posibilidad de reaparición es mayor.

Tratamiento
Si se instaura un tratamiento, este irá encaminado a disminuir y aliviar el dolor e inflamación del afta, evitar la infección y retrasar recidivas.
Pueden emplearse colutorios a base de antisépticos (clorhexidina, povidona, etc.) para evitar sobreinfecciones, corticoides tópicos (hidrocortisona, triamcinolona), anestésicos locales (lidocaína) o geles de ácido hialurónico que ayudan a la cicatrización. Para casos severos se ha indicado la administración de algunos fármacos como la colchicina, la prednisona oral, la azatioprina o el aciclovir. 
Para mejorar la sintomatología de las aftas también se recomienda evitar la ingesta de alimentos duros, comidas o bebidas ácidas, saladas, picantes, etc. Se recomienda ayudarse de una pajita para beber y evitar de esta forma el contacto con la boca en caso necesario. Hay que evitar el estrés.
Además es necesario mantener una buena higiene bucal.

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