Aftas, las úlceras bucales
Un afta es una pequeña úlcera que
aparece en la boca de forma inesperada, muy dolorosa, de color blanco o
amarillo, y rodeada por un halo rojo y brillante. A diferencia de lo que pueda
parecer a simple vista, las aftas no son lo mismo que los herpes
labiales.
Normalmente, las aftas se localizan en la lengua, el paladar, las encías, los
labios y las mejillas. Generalmente, suelen curarse por sí solas en una semana,
pero durante ese tiempo pueden llegar a ser muy dolorosas e interferir en la
alimentación y el habla.
Las aftas se pueden llegar a presentar hasta en el 50% de la población general.
Además, junto con las caries, se consideran la alteración bucal más frecuente.
Clasificación
Según los términos médicos, se establecen tres tipos de aftas, dependiendo de
su forma, tamaño y gravedad:
-Las aftas menores representan el 80% de los casos. Este tipo
de úlceras bucales suele aparecer entre los 10 y los 19 años, y duran alrededor
de 7 o 10 días. Se localizan en la región bucal anterior, incluida la lengua, y
su tamaño es menor a 10 mm.
-Las aftas mayores se dan entre un 10% y un 12% de los casos,
y también entre los 10 y 19 años, como el tipo anterior. Su tamaño es mayor a
10 mm, son más profundas y dolorosas. La duración de estas aftas es de
alrededor de unos 20 días y suelen reaparecer cada mes o cada dos meses. Se
localizan en la región bucal anterior, en la faringe y en el paladar.
-Las aftas herpetiformes suponen alrededor del 10% de los
casos. Las edades en las que se dan con más frecuencia se sitúan entre los 20 y
los 29 años, dándose en su mayoría entre los hombres. Aparecen en cualquier
parte de la boca y solo el 30% de los casos se curan sin dejar cicatriz, tras
los 7 o 10 días de duración.
Causas y sintomatología
A pesar de que, en algunos casos, no se puede llegar a determinar la causa de
la aparición de un afta, las causas más comunes son: el estrés emocional, la
falta de ciertas vitaminas y minerales a causa de una mala alimentación, la
menstruación, cambios hormonales y alergias a determinados alimentos, o su
aparición por causas hereditarias. Aunque cualquier persona puede desarrollar
aftas, las mujeres son más propensas a contraerlas que los hombres. Pero cuando
ellos las padecen, su posibilidad de reaparición es mayor.
Tratamiento
Si se instaura un tratamiento, este irá encaminado a disminuir y aliviar el
dolor e inflamación del afta, evitar la infección y retrasar recidivas.
Pueden emplearse colutorios a base de antisépticos (clorhexidina, povidona,
etc.) para evitar sobreinfecciones, corticoides tópicos (hidrocortisona,
triamcinolona), anestésicos locales (lidocaína) o geles de ácido hialurónico
que ayudan a la cicatrización. Para casos severos se ha indicado la
administración de algunos fármacos como la colchicina, la prednisona oral, la
azatioprina o el aciclovir.
Para mejorar la sintomatología de las aftas también se recomienda evitar la
ingesta de alimentos duros, comidas o bebidas ácidas, saladas, picantes, etc.
Se recomienda ayudarse de una pajita para beber y evitar de esta forma el
contacto con la boca en caso necesario. Hay que evitar el estrés.
Además es necesario mantener una buena higiene bucal.
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