Los grandes avances
en odontología han permitido importantes mejoras en la salud bucal: las caries
están más controladas, la extracción dental ha disminuido y los dientes son más
longevos. Sin embargo, esto ha conllevado una paradoja: los dientes saludables
están mostrando signos crecientes de desgaste dental. En Europa, los
profesionales dentales consideran la erosión como su causa principal.
La erosión ácida está fuertemente relacionada con el consumo de comidas y
bebidas ácidas. Los ácidos desmineralizan y reblandecen la superficie dental
haciéndola más susceptible a la abrasión, en particular al cepillado, con o sin
dentífrico.
En sus etapas iniciales se considera que el desgaste dental no es dañino. Sin
embargo, a medida que progresa puede generar hipersensibilidad dentinaria,
pérdida de la forma y color del diente y requerir una compleja intervención de
reconstrucción.
Cualquier persona con dentición natural es susceptible de desarrollar algunos
signos de desgaste dental; sin embargo, muchos pacientes no son conscientes de
lo que les está ocurriendo hasta que el proceso ha alcanzado una etapa
avanzada.
En la actualidad la erosión solo se diagnostica por regla general cuando se
hace necesaria una reconstrucción dental. Es fundamental mejorar el
reconocimiento precoz de los signos y síntomas si se quieren tomar medidas
preventivas eficaces. Los síntomas son los siguientes, ordenados de forma
progresiva: sensibilidad, decoloración y dientes redondeados (signos de fase
inicial), y transparencia, decoloración avanzada, grietas, sensibilidad severa
y orquedades (signos de fase avanzada).
Una mayor vigilancia en las revisiones periódicas, así como seguir algunos
consejos sobre el estilo de vida pueden ralentizar el avance de los síntomas.
Debido al amplio espectro de causas potenciales, las opciones para frenar el
desgaste dental deberían, idealmente, ser hechas a la medida de las
circunstancias individuales. El odontólogo es siempre la persona indicada para
detectar los signos del desgaste por erosión ácida y es él quien debe sugerir
el tratamiento y los hábitos de cepillado que permitan evitar el avance del
cuadro.
Sin embargo, hay algunas recomendaciones a seguir:
− Reducir o eliminar la ingesta de bebidas carbonatadas
− Dejar de retener comidas o bebidas ácidas en la boca
− Masticar chicle o chupar pastillas sin azúcar para estimular la secreción de
saliva y proteger el esmalte, o comer un trozo de queso después de una comida
ácida.
− Cepillarse con un cepillo suave, utilizando un dentífrico de baja
abrasividad, baja acidez y alto contenido en flúor.
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